4 de febrero de 2016

GUILLERMO OYÁGÜEZ (1970) / ME SIENTO Y ESPERO

  •  La mayor cualidad de estas pinturas tan americanas radica en una construcción a la medida de lo que induce a ver y sentir. Panorámicas encerradas en sí mismas a lo largo del tiempo, tonalidades viejas y gastadas, edificios que no parecen contener vida por dentro.  
  •  Cada uno de los elementos que integran estas vistas urbanas desprenden una resolución visual que está más allá de lo que se contempla sin más, es una sintaxis de un territorio cansado de una historia que sobrevive, pues sin él no habría existencia.    
  •  Indudablemente el español OYÁGÜEZ genera su imaginario plástico a partir de un sentimiento de soledad, pero también él mismo se sorprende de esa inmunidad creativa en que su obra incurre según se vaya extendiendo esa depuración a que la somete. Es como un sortilegio estático que nunca va a desaparecer.   
A escala mundial, las enfermedades relacionadas con el suministro de agua, la retirada de desechos y las basuras provocan la muerte de 30.000 personas diarias y constituyen el 75 por 100 de las enfermedades que afectan a la humanidad (Eileen Stillwaggon). 

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