13 de enero de 2015

ADRIÁN VILLAR ROJAS (1980) / ¿DE DÓNDE HAN SALIDO?


  •  Tótems, ídolos, formas biológicas u orgánicas, artefactos, construcciones estelares, pura fuerza de lo sólido, de la imagen, de la efigie adorada o extraña, productos de paraísos perdidos que los hombres necesitan cuando los tiempos son difíciles (Robert Hughes). 


  •  ¿Hay un ápice de existencia en esta aleación de cuerpos o es una infinidad de inexistencias? (Rasset). Inexistencias que ahora gritan porque el artista, el argentino VILLAR, no las ha inventado sino que las ha recuperado del azar, de lo fortuito, en un rapto que no es inspiración sino captura de la ocasión propicia.


  •  Asombrar, que de eso se trata, como grutas y monstruos, como si el material, a fuerza de ser interrogado, haya actuado por sí mismo, espontáneamente, y haya determinado su ser según su peculiar sentido plástico, aquel que le da el perfil según un cúmulo de fuentes y fuerzas, aparentemente dentro del caos, fundamentalmente conforme a una configuración única, que es, a la vez, como todo arte, superficie y símbolo (Oscar Wilde).      

Su sombra me cubre y después se aleja
y la veo perderse en el vacío de un 
infinito espacio, oscuro,
lejano...lejano...
(Ana Isabel Serrano)

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