16 de diciembre de 2014

FABIO BAROLI (1981) / EN LA INTIMIDAD UNO SE ANGUSTIA


  •  La pintura penetra, se infiltra, atraviesa y se introduce en los mundos corporales íntimos, cuya piel es la que infunde una catarsis que dé forma a la línea roja de lo ilimitado. Se trata, como dice Francis Bacon, que el espectador pueda sentir la temperatura del cuerpo que aparece retratado en el cuadro y de esta forma sentir que la obra está viva y funciona. 


  •  Fluidos, carne, fuerzas (F.Bacon), dolor, impotencia, frustración y una plástica sorda a lo que no sea el grito mudo de una mirada que habla a la soledad en silencio, que muestra lo que consideramos algo interno porque somos incapaces de reconocer su transparencia y de que el origen del mundo sangra y sangra.    


  •  Las tonalidades y el color son los auténticos autores, los que dan esa dimensión transgresora, reveladora, pudibunda, porque al fin y al cabo se trata de una representación de martirios sin leyenda, sin altares, sin retablos, sin una mala oración que los arrebate a un paraíso que tanga un asomo de infierno.     

Qué sabe de dolor 
quien no ha sentido toda la belleza.
(José Luis Rey)

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