30 de septiembre de 2014

CRISTÓBAL TORAL (1940) / A LOS PROSCRITOS


  •  Hay un Dios sordo que considera a todos los humanos proscritos.  Y los condena al desarraigo, a la violencia, a la muerte, al exilio, a la huida, a la miseria, al hambre, y a un destino que tiene muchos nombres y un sólo fin.     


  •  Todos esos equipajes, maletas, valijas, bolsos, cajas, son más que una metáfora, son la piel que se va desprendiendo y va cayendo en manos de una locura, de una barbarie y de una bestialidad que se asienta en el corazón de Europa ahora y a lo largo de toda su historia. Acabaremos como muebles momificados y maniatados, al fin y al cabo los hados nos desprecian y quieren que seamos cosas viejas, deterioradas, restos de un naufragio para el que no existe memoria ni legitimidad. 


  •  TORAL es un realista español virtuoso y pulcro que en sus obras graba a fuego un poema, una épica inversa, en unos espacios que desprenden bruma y negrura, soledad y desesperanza, todo un ideario que tiene una larga y desoladora trayectoria.    


  •  Es una pintura sin negociaciones y concesiones, no tiene deudas ni acreedores, no falsifica porque esta verdad no es falsificable, y tampoco dogmatiza ni proclama éxtasis que ni le van ni le vienen. Pero lo que sí es, o mí me lo parece, es que toma nuestra tradición, la renueva, la hace caminar por derroteros de ahora, y todavía estremece y hace palpitar nuestra mirada para siempre.    

Hoy se fue. Yo la amaba. No era buena.
Bien pensé neciamente-. Que la hiena
se vuelva para siempre a su zahurda.
Ahora venga la paz, la paz serena...
Pero lo que ha venido es una pena 
desoladoramente absurda.
(Benjamín Taborga)

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