17 de julio de 2014

ROBERTO FERRI (1978) / A MÍ MISMO ME PARECE IMPOSIBLE


  •  ¿A estas alturas son válidos estos desaguisados de excelente técnica, de un barroquismo extremos y de un imaginario prescrito? Pues bodrios peores han aparecido por ahí y se les ha tachado de innovación, ruptura, transgresión o subversión, o lo que es lo mismo, obras que marcarán una época.


  •  Desde luego, no pienso que el italiano FERRI vaya en esa dirección, ni mucho menos, al contrario, lo que recrea es un mundo que le obsesiona, que pone a prueba su sentido pictórico y plástico, que le seduce por su artificio y condenada imaginación. Y punto. 


  •  Y también aporta cierto recochineo, ironía y por supuesto una magnífica puesta en escena. Además de un erotismo vinculado a esa muerte que lo hace posible, que lo excita todavía más, que lo provoca de forma sacrílega y deliciosa.  A lo mejor algún día lo descubren y dicen que es el nuevo mesías del arte. Cualquier cosa es posible.  

Ya aclara en mi ventana. Nadie diga:
la noche en el silencio se arrebuja.
Ni le quiera llamar bruja a la noche.
El alma, no la noche: ésa es la bruja.
(Arturo Capdevila)

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