7 de octubre de 2013

ELEOMAR PUENTE (1968) / AMENAZAS SIN NOMBRE


  •  Las imágenes no dejan de amenazarnos, son visiones demasiado inconciliables con nuestra naturaleza, pero no por ello menos efectivas y devastadoras. Que sea sólo un frenesí visionario es lo que nos salva de nuestra indefensión y lo que nos permite advertir la percepción de un universo, uno más, que lo devora todo. 


  • La facilidad plástica de este artista cubano, PUENTE, nos deja embriagados por la locura que nos traspasa y ante la que, es verdad, ya deberíamos estar avisados. No en vano para eso le precedieron los surrealistas y sus monstruos del sueño. Pero en su caso, nos hace mella una imaginería que tiene esa condición periférica y caribeña que desbarata hasta los cimientos.     


  •  Por eso, esos sones cromáticos retumban de forma soberbia y se desbravan en las alegorías del ritmo y las secuencias, sin darnos pausa, sin concedernos una mínima acción de gracias, sin que una oración que suplica no haga más que engrandecer el misterio de su maldición. Mejor será no entrometernos con la mudez de las palabras. 

Oh madre nube que no tienes peso
Nadie ruega por nosotros
(Leopoldo María Panero)

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