10 de septiembre de 2013

HANS SCHEIB (1949) / SI LOS PIERDO YA NO SOY YO


  •  La fantasía a costa de lo humano y lo animal no tiene límites en arte, hace su función con nobleza e intensidad e inopinadamente con grandes resultados, aunque fondo y forma aglutinen lo grotesco, lo extravagante, lo caricaturesco y lo burlesco. 


  •  Con la obra del alemán SCHEIB llegamos a esos límites, que cada día son menos excepcionales y más ortodoxos dentro de esta liturgia estética, y nos felicitamos por ese regodeo único y exponente de un juego de referencias del pasado, del presente y hasta del futuro. Sus esculturas, finalmente, tienen su consagración de autenticidad y universalidad.   


  •  Su manera de extraerlas de la madera, tallarlas, modelarlas, moldearlas, componerlas, configurarlas, cabalga sobre la misma dinámica de un relato fantástico, de una ficción quimérica, cuyo término no nos importa si la continuación está asegurada y pervive en la zona de nuestra imaginación que más necesidad tiene de convertir en un ensueño todo lo que ve.    

Se miente más de la cuenta
por falta fantasía:
también la verdad se inventa.
(Antonio Machado)

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