24 de junio de 2013

AHMED ALSOUDANI (1975) / UN CORAZÓN ABIERTO SANGRA


  •  Artaud es muy claro cuando escribe que el arte tiene el deber social de dar salida a la angustia de la época. El artista que ha ocultado en el fondo de su corazón el corazón de la época y que ignore que su deber consiste en echar sobre sus hombros las cóleras errantes de la época, no es un artista.


  •  Por eso el iraquí ALSOUDANI aborda en su obra un apogeo que no festeja, que sucumbe simplemente, que cede aunque sea resistiendo, que claudica y expira. No hay misericordia ni piedad, los vencidos han de rendirse y perecer sin más. 


  •  Pintura fantasmal, ausente de frías geometrías o milimétricos rescoldos, generadora de un universo en el que sombras y espectros luchan y se despiertan todavía con la duda de saber si han sobrevivido. 


  • Si nuestro reino no fue de este mundo,
  • y sabemos de cierto que no hay otro,
  • dime lo que nos queda,
  • amigo,
  • dime lo que nos queda.

(Ángel González).

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