22 de mayo de 2013

ÑACO FABRÉ (1965) / DESPERTARME SERENO


  • En una isla se aprenden y se empiezan a reconocer los mínimos signos -tal como algas- al surcar ese espacio marino del que surgen mensajes poéticos que no tienen en sí mismos otra explicación.


  •  Para el mallorquín FABRÉ la caligrafía de ese proceso en el que se vio inmerso por  propia propia voluntad no le resultó un círculo cerrado sino un corazón abierto. Sobre la pátina de plasticidad deja sentir los hilos de un tiempo que se está deshilachando.   


  •  Pueden decir que esta forma de aprehender la superficie no es nueva, pero también deberían señalar que acercarse a ella desde distintos focos pictóricos y existenciales exige una maduración de la que es muy difícil entender cómo llegar a su sabiduría.  


  • Dejó caer los brazos, abatido,
  • se desprendió un gusano de la manga,
  • pidió perdón y recogió el gusano
  • que era sólo un fragmento
  • de la totalidad de la esperanza.

(Ángel González).

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