15 de abril de 2013

RONA PONDICK (1952) / ENIGMAS DE LA NATURALEZA


  •  El hallazgo le tendió cadenas a la garganta y la pupila se le embriagó de sangre. La sensibilidad  le arrojó hacia fuera por senderos abocados a procesar los enigmas de la naturaleza última. De la obra herida, desgajada del ser, late el escepticismo de la norteamericana PONDICK, que hace de sus criatura híbridas supervivientes del dolor de una tierra pisoteada.  


  •  Estos seres están marcados de lirismo, de una vida cansada y pesimista, amargura de una perduración cuyo destino ha sido construido y hay que volverlo a construir sin presagios de futuro que vuelvan a reiniciar un ciclo maldito.  


  •  Son monstruos de nada que anuncian verdades porque son inocentes, idiotas inofensivos pero útiles. Se les había olvidado porque destilan gotas de horror, porque hablaban de un soplo de muerte, porque suplicaban una morada para un morir decente.


  •  Aquí están para advertirnos que saben que sabemos, que son bellos pero terribles, que no son fantasmas aunque sí inocentes, que no borrarán sus huellas ni cometerán herejías con su cuerpo y que no piden más tiempo, el suyo ha acabado y sólo esperan el sueño.


  • Voy de alucinación en alucinación como llevado por los pies del tiempo.

(Gastón Baquero).

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