9 de abril de 2013

ANGEL LECCIA (1952) / MURMULLOS Y TUMBAS


  •    Hoy no podemos vivir sin tecnología, ni como ciudadanos ni como artistas, además de que abre caminos de investigación que proporcionan oportunidades de concebir los extremos de otras manifestaciones artísticas que revolucionen hábitos y convenciones en esta disciplina. 


  •  El francés LECCIA es uno de los que se han sumado con todos los recursos disponibles, la experimentación abre un amplio campo de posibilidades y no hay que desaprovecharlo. Eso sí, los resultados son artificios espectaculares, que se quedan en unos significantes que nos inducen a un fondo estrepitoso en las miradas que no se atreven a acercarse, por aquello de que pueden salirse y arrollarlas. Una pequeña o gran muerte, según los designios.     


  •  Efectivamente, los efectos rozan esa afirmación  que dice que nuestro lazo con la vida cósmica es indisoluble. Quizás nos hace falta elevarnos hasta esas cumbres y después dejarnos abducir hasta formar parte de su interior. Al fin y al cabo la puesta en escena debe de estar planificada para obtener esa respuesta del espectador.  


  • Ya se acabó Baldomero:
  • ¡zumba, canalla y rumbero!



  • Sólo dos velas están
  • quemando un poco de sombra;
  • para tu pequeña muerte
  • con esas dos velas sobra.

(Nicolás Guillén).

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