1 de octubre de 2012

ISMAEL LAGARES DÍAZ (1978) / LA VI LLEGAR COMO A LOS PECES

  •  Cuando nuestra mirada se posa en estas obras recuerdo aquel verso del cubano Lezama referido a su paisano, el pintor cubano Víctor Manuel, que decía que la pintura nos había enseñado que la esencia de los arquetipos platónicos está en la segregación del caracol: chupa tierra y suelta hilo. 
  •  Y Georg Jappe argumentaba que el proceso artístico sólo puede captarse mediante apreciación física, predisposición psíquica y sensibilidad espiritual.
  •  En el caso del andaluz LAGARES el verbo plástico no suma sino resta, destila y alambica, multiplica o hace cesar la flotación cromática, en un intento por ahondar en superficies que puedan generar vínculos con lo que es y con lo que no es, con lo que, en definitiva, tiene que catalizarse en orden a generar otras vivencias que parezcan una entidad antagónica aunque no lo sea.  
  •  Es señaladamente sutil a pesar de que bascule entre lo nimio y lo polícromo luminoso, entre lo que es un asomo de bodegón sugerido y que con el tiempo se ha dormido, y unos muros engalanados que en cada plano bosquejan su signo de identidad. Síntesis que es la opción de una pintura que se renueva a partir de una tesis aparentemente resuelta pero que no está todavía tan suscrita como para descartar su dialéctica de metamorfosis superpuestas.   
  • La gota centra el remolino,
  • coagula en la punta de la lengua
  • el trasudar sanguíneo
  • y el aire preguntante.
  • En la osteína también el grano
  • tiene que morir.
(José Lezama Lima).

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