22 de septiembre de 2012

SARAH LUCAS (1962) / ¿QUIÉN PUEDE CONMIGO?

  •  A esta joven artista británica, como a sus colegas de generación y promoción, le va la provocación. Todas sus instalaciones y esculturas están destinadas a ese caldo de cultivo entre la incitación, excitación, desafío, irrisión, irritación, y así podemos seguir sin dar tregua a lo que ya no es desconcierto porque ha habido bastantes abusos al respecto. 
  •  Lo podemos considerar como juegos alevosos porque nos toma por detrás. O como metáforas de una condición que se niega a ser clasificada así. O simplemente como eventos que se han quedado huérfanos de lo que podría infundirles un significado más preciso.
  •  Pero, de todas formas, habremos de convenir que la espontaneidad es la característica más señalada, aunque sea su modo de expresión calculado, al que le confía el instinto de toda su creatividad. La temática ya es otra cosa, es una vertiente sobre la cual sabe muy bien donde apretar.
  • Y al final nos queda una propuesta embarazada y embarazosa, que peca y es perdonada, que maldice y es bendecida, que niega y es asentida, que impreca y es santiguada, que ríe y es compartida. Y más, mucho más.

  • Tiene cara caída, tiene bolsillo húmedo,
  • tiene viruela y tiene luciérnaga.
  • A todo va con lento paso, embajador con cayado,
  • a todo ciñe, friolera nocturna, colchas,
  • las rizadas colchas del naufragio.
(José Lezama Lima).

No hay comentarios:

Publicar un comentario