5 de septiembre de 2012

FRANZ WEST (1947-2012) / QUEDA LA OBRA DE ÉSTE QUE AHORA ESTÁ MUERTO

  •  Hoy el yeso, el cartón piedra, el almbre, el poliéster, etc., conforman otras formas de satisfacer la opción creativa en connivencia con improntas visuales que tan pronto como al fin las contemplamos, comprobamos que nuestra intuición observadora se ha plasmado dentro de los espacios que habitamos.
  •  Es, precisamente, en la obra del austriaco WEST, recientemente fallecido, en donde encontramos una definición de elementos integradores de la biología, la naturaleza, lo fenoménico y lo que es una potencia tan visible que desborda los cauces previstos, incluso traspasando los márgenes.    
  •  Su magia ha logrado fundir, con todas esas impregnaciones que componen una sensibilidad cromática para una infusión de vestidura plástica, una desintegración reconstructora, que ha vuelto, gracias al feto, al bulbo, al órgano genital, a la raíz, etc., a recuperar un esqueleto transformado en entidad genuina.    
  •  La idiosincrasia de estas piezas estaba ya planteada en su génesis, en los factores que alumbran flores de carne en peleas de sombras. Así que de engendros pasan a prodigios, y en prodigios se quedan para enviarnos mensajes sobre una conciencia todavía no prescrita, que seguirá iluminando la escena en todo momento y en toda la eternidad. 
  • Humberto, Felipe y yo estábamos hablando con El Malecón y mostrando nuestra disconformidad con tanto ruido de reapariciones y amaneceres que casi no tuvimos tiempo de saludar a los Sibanos, que tienen pies de caballo y corren más velozmente que él.

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