12 de septiembre de 2011

WALTER DAHN (1954) / VIGILIAS CON PAN

  •  Le decía Sócrates a Platón en Fedro:
"Los seres que engendra la pintura se mantienen de pie como si estuvieran vivos, pero cuando se les pregunta permanecen revestidos de su dignidad y guardan silencio".
  •  Sin embargo, si se trata de un joven salvaje de los años 80, el lenguaje que preconiza la figuración es grotesco, burlesco, gamberro, deparador de ámbitos sombríos. Y cuando se remite a otro ilusionismo, se enreda en rimeros cromáticos y en referencias geométricas lúdicas en espacios predecibles. 
  •  Es la razón de proferir gritos porque se han consumido las exclamaciones, de vocear porque ya está todo articulado y ensamblado. Mientras ejecuta y desliza, deja de contar con el significado, que se abre sitio a trompazos, alegando que lo que es se queda por el camino o ya es demasiado. 
  • Al alemán DAHN no hay que buscarle blancos, los tiene en multitud y dispuestos al derribo, sin que ni siquiera uno haya de sobrevivir sano con una escopeta tan pródiga y certera. Ni suerte hay que desearle, la conserva bien atada y transcrita.

  • Hay en tu campo las ovejas más limpias.
  • Se visten con festones,
  • hablan de trabajo, risa en los labios,
  • degustándose la boca, langosta en el estómago,
  • cheques oro en el traje,
  • guardián a la orden del día.

  • Os he dado las cartas trucadas,
  • os he dado derecho al pataleo,
  • hombres y togas corruptas.
  • Parados desconsolados, hombres sin futuro,
  • vuestra papelina: ir a fichar en una rifa imposible.  

  • Marionetas de papel impreso,
  • carne de cañón, no piensan en vosotros
  • y ahí os pudráis en las calles saturadas de desconsuelo,
  • con lo deshumanizado. Es el principio y fin de toda muerte.
  • (José Luis Álvarez Vélez).

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