25 de julio de 2011

MIKE SWANEY (1978) / EMULACIONES Y SÍNDROMES



  • Vamos a contar un cuento tan grande que no quepa en el espacio ni en el tiempo. Vamos a vivir de narrarlo tantas veces y en tantas ocasiones que no haya forma de recuperar su origen y comienzo. Vamos a hacerlo nuestro, cobijarlo entre nuestras sábanas y dejar que nos colme.




    • Si lo habitamos y permitimos la fluidez de su decoro, que sea como un collage que capte idiosincrasias de color sustituyendo habitaciones vacías. Si va a pertenecernos, que sea a caballo entre los ensueños y las elucubraciones. No queremos más si de los que se trata es de ir hacia menos.





      • El canadiense SWANEY, en su obra, aparece como un analítico que se pierde a lo largo de ella en su expresión, pues proyecta, siente, imagina y sueña. Tiene capacidad para que la fantasía de su trabajo sea nuestra compañía, informe nuestra percepción, la de espectador y la de inquisidor de nuevas imaginerías que nos remitan al acontecer de un ciudadano huérfano.






        • Juega con nuestras ensoñaciones de infancia, con nuestros repertorios de misterios por pintar y crear, construye desde las distintas dimensiones de la realidad, una para ti, otra para mí y otra para aquél. Juntas conciben la unidad esencial de lo que se representa como ensayos de la percepción hambrienta carente de adhesión. Necesitamos otra vez los duendes, los elfos y los gnomos para acabar con el insomnio.





          • Enigmas son y aquí


          • Viven para mi ayuda,


          • Amables a través


          • De cuanto me circunda



        • Sin cesar con la móvil


        • Trabazón de unos vínculos


        • Que a cada instante acaban


        • De cerrar su equilibrio.


        • (Jorge Guillén).











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