6 de julio de 2011

MARTIN DISLER (1949-1996) / ME VOY HABIENDO DEJADO MI COSECHA


  • El viejo fondo que cubre todo de sospechas sigue despierto, esparce sus renglones por el aire y quedan grabados como espejos.


    • Ese fondo es el que el suizo DISLER maneja y manipula. Nunca ha tenido que recurrir al disimulo, y de haber una simulación que sea airada, ha de ser perfecta hasta que la cuerda sea ya una cadena rota y desairada.




      • Lo espontáneo y el gesto quedan fusilados bajo la duda plástica y me remito a J.F. Yvars en lo de que el arte es un despliegue original de formas equívocas que van perfilando las imágenes y nos obligan a corregir nuestra percepción convencional de las cosas.





        • Sí, es cierto, este artista, como tantos otros, no pinta una oración para musitar en el desierto que obre como un solo de silencio, y además nos ofrece de acompañante un doncel hermoso que sea luz y conmiseración del universal destino. Si pedimos más, tendremos que hacer cola.





          • Vomité tragando vida,

          • hice un sobreseimiento con laude,

          • miré rompiendo claridades, vi que lo siguiente era existencial.



        • Más es polvo un idilio en los seres,

        • licuar mi sangre en el trabajo,

        • darme estimulante,

        • y mi sustento, política de creencia.



        • No talaré el palo largo,

        • la independencia matriz primordial,

        • el aura de toques despejando la frente,

        • sudor de un tiempo y frescura de un instante.

        • (José Álvarez Vélez).










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