14 de diciembre de 2010

JAVIER VILATÓ (1921-200) / EL ROBO DE LAS DONCELLAS

  • El proceso plástico es fruto de una mediación que el artista busca desesperadamente. Y si lo hace con la ironía de un enemigo que pone rumbo al perdón, más fértil será la fortuna de hallar y derramar.
    • Convidar a la suerte parece claro para algunos, para otros, como para el español VILATÓ, es el silogismo de la luz (poeta de la luz le llamó Claude Roy) el que habita su espacio interior pictórico poblado de doncellas que juegan a ser vestales de los templos del arte del siglo XX.

      • Sobrino de Picasso, al igual que su hermano J.Fin, durante los tres meses sin luz, agua y teléfono en Alicante ( es un decir), suspendía del aire las formas para que fuesen adquiriendo las nomenclaturas precisas de un ensueño. Repasaba sus siluetas con dardos jocosos y enamorados, suscitaba pasiones en ellas que determinaban confluencias estilísticas de visiones y romances, canalizaba el ardor en la consecución de representaciones de deseo ileso.


        • Bien es verdad que la descripción de las obras siempre sobra, ya que es un referente ambiguo, y en este caso más, porque las llevamos bailando en la mirada conjugándolas con fantasías remotas y/o con significados inmediatos.




1 comentario:

  1. Qué curioso como ha dibujado y pintado el autor a las damas.
    Me gusta como ha plasmado Javier Vilató la pasión con esos colores y la llama encendida de la cerrilla.

    Tambien me gusta como con las figuras geometricas compone la feminidad de las mujeres. Es increible como sin dibujar muy definidos los pechos, se ven turgentes y firmes.
    También se aprecia muy claro el porte magestuoso de las damas.

    Sin embargo, al hombre lo dibuja y pinta algo destartalado, con muchas carencias. A mi modo de ver lo dibuja como si sólo fuera el armazón de afuera y por dentro estuviera hueco.

    Discupas Goyo, porque dices que la descripción sobra, y yo me he permitido dejar mi comentario.
    Saludos

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