30 de agosto de 2010

ÁNGEL ACOSTA LEÓN (1938-1964) / HE DEJADO QUE ME LLEVASEN

  • Un día de 1.964 el cubano ACOSTA LEÓN se metió en el mar y ya no volvió. O no quiso volver, aunque nadie lo sabrá. Toda una obra por hacer quedó sumergida con él, si bien sus máquinas voladoras siguen elevadas en el aire y las cafeteras funcionando con la magia de su metamorfosis plástica.
    • Estamos ante un bazar de significaciones formales que tiene en la imaginación y recreación de un mundo en transformación su fuerza visual. La gama cromática adquiere la personalidad que precisa una visión de una realidad que estaba dispuesta a transigir siempre que se transmutara desde su más insustituible celosía.

      • Para ello, el autor no ha cejado en absorber esas impresiones, intuiciones e improntas procesándolas bajo condiciones de sumisión a lo proyectado, a la forma soñada de lo vivido y al destino pensado y sentido de lo utópico. Por consiguiente, si la senda la ha dejado señalada, se debería seguir y desbrozar a pesar de que sin él una parte esté ya perdida.



        • Mi amigo Humberto me dice, al asomar por El Malecón, que llevamos muchos años perdidos bajo el fuerte dolor de madrugada. Y aún ahora nos perpetuamos así, con la esperanza arrasada y sin siquiera un murmullo de agua.








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