17 de mayo de 2010

BENE BERGADO (1965) / LA LÍNEA INTERIOR DEL SARCASMO

  • Ayer CATTELAN, hoy la salmantina BERGADO, la cual pone nombres y apellidos a la zoología y la concibe como lo contemporáneo de una morfología que no se escuda solamente en la representación, sino también en la solución que da respuestas a las miradas que todavía andan en busca de preguntas.
    • En el arte de hoy, si hay conciliación no se avista el misterio ni tampoco esa línea interior del sarcasmo que aparece como una visión que ya no necesita preservativo. Si la preñez es auténtica debemos otorgarle sus últimas consecuencias. Y si no mutila la dramaturgia, habremos de concederle la ironía de lo que no hemos llegado a ver hasta que se presentó en escena.

      Ésta es una obra cuajada de efectos e impactos visuales que infiltra cuestiones que los espectadores, insomnes compañeros de viaje, reciben sin la gracia divina pero con la bendición laica, lo que es más que suficiente.


      • Que tenga que ver con el gusto, como máximo criterio a regirnos en materia artística, tal como asegura Vicente Verdú (columna del periódico El País de 13 de mayo), lo ignoro, porque esta facultad suelo utilizarla en la apreciación de lo bello y lo feo, pero la esencia plástica desde siempre no se ha caracterizado por ese enfoque, lo ha trascendido por un sentido visionario mucho más amplio y complejo.




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