26 de marzo de 2010

BELÉN COBALEDA (1980) / EL URBANISMO COMO MEDITACIÓN

  • Decía Jean Bazaine que la pintura es un modo de ser, la tentación de respirar en un mundo irrespirable. ¿Será por eso por lo que esos espacios urbanos de la española COBALEDA, de geometría austera y sobria, poseen la perspectiva de una meditación en soledad?
    • El color, cerrado y contraído sobre sí mismo, es la arquitectura de un semblante oscuro, nocturno, iluminado artificialmente como si con ello levantase acta de vestigios y huellas de habitantes desaparecidos o cuyas historias se guarecen detrás de esos exteriores ciudadanos.

      • La artista ha intuido que lo metropolitano es hallar su propio rastro plástico y en virtud de ello lo insemina a fin de que su estructura y realidad sean protagonistas de una representación pictórica que ha fermentado hasta fundir idea y visión, sentimiento y plasmación.


        • Al mismo tiempo que esas calles se acercan a nuestra mirada, un paso más allá se alejan, la luz asoma sin verse, las líneas viajan velozmente y las superficies son incubadoras de leyendas no escritas pero sí visualizadas.

      • Una obra que no ensaya teorías sino hechos, que prefiere la acción que ordena lo existente al concepto que se empeña en hacer inteligible lo que ya lo es y estamos contemplando. BELÉN, en consecuencia, retrata su ciudad y nos propone que nos sintamos singularmente en ella.






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