18 de enero de 2010

TIM NOBLE (1966) & SUE WEBSTER (1967) / DISECADOS

  • Establecer nuevos parámetros estéticos es harto difícil, no se sabe por donde empezar ni diferenciar tanta evolución en los lenguajes y sus significados, además de los derroteros que auguran otros contextos e innovadores medios a la altura de los tiempos.
    • No quiere decir tampoco que estemos cansados de ver y de mirar, pero sí que la contemplación exige referencias inéditas, asombrosas, fascinantes que enlacen con nuestra historia y civilización y el discurrir biográfico. En síntesis, que si nos llegamos a perder que nos encuentren, y si nos llegamos a cansar que vuelvan a cautivarnos.

      • Estas obras de estos artistas británicos nos sitúan ante los descubrimientos de ciertos objetos u organismos vivos de la naturaleza que se disecan, se diseccionan, se clavan, se momifican, o se despedazan, al fin de que sus sombras se reconozcan en ellos y también en nosotros, cuando están detenidos y los observamos con la duda entre las cejas y la sensibilidad bajo las manos.


        • Siembran despertares e incertidumbres pero tal como está transformada esa materia resucita fronteras escatológicas no cruzadas por temor a lo que hay más allá de ellas.

        • Mi amigo Humberto y yo saludamos a Abigor en El Malecón, demonio de categoría superior, de bello porte, con lanza de estandarte o cetro, que cabalga sobre un monstruo alado y manda sobre sesenta legiones demoníacas. Os espero en la campaña de la medusa, nos dice. Cuando nos alejamos, pusimos caras de siempre estar con lo mismo.




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