18 de noviembre de 2008

HANS HARTUNG / ATISBO


Este estudio de Hans Hartung, pintor alemán que formó parte de la escuela de París, permite encontrarnos con un animal virtual que se debate en una agitación corporal nacida de su propia fuerza.


El pintor halló en el espectro los símbolos del movimiento que da lugar a que lo finito, cuando toma conciencia de la antinomia, se desenvuelve con la arrogancia de lo que se impone visualmente.


De todo ello se llega a una realidad intrínseca en la que la plasticidad adquiere el ser de sí mismo para sí mismo, igual que la alquimia cuando intenta dar forma al viento.


Y si la mirada, cuando se pose en él, siente el deseo de viajar por ese imaginario, hará que un súbito atisbo penetre en su memoria para siempre.


Una neurosis de angustia ha atacado a los habitantes del malecón bajo el crepúsculo. Unos están irritados, otros en estado de espera, aquellos con fobias o miedos, y los de más allá atrapados por vértigos, sudores, temblores, disneas y taquicardias. Un dios malsano, dicen, los ha condenado por no aclamarle con el fervor de los canonizados. Mi amigo Humberto y yo huimos de una epidemia que nos agarraría sin el ídolo protector adecuado, el que se pinta para no ir a la utopía del cielo.

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