14 de octubre de 2008

NICANOR PIÑOLE / RETRATO


Nicanor Piñole, este gran artista asturiano, compendia, en este retrato de su madre al final de su vida, un atlas de las vicisitudes de toda una existencia.


Su enorme talento pictórico le permite compaginar magistralmente la fuerza expresiva con la firmeza sosegada del dibujo, que ahonda en el volumen, en los múltiples rasgos, en la manera reclinada de la posición, señales inequívocas que nos hacen ver el paso del tiempo, su inexorabilidad, su condena. Piñole ha retratado la vejez sin un subterfugio por el que evadirse, por el que seguir respirando sin contaminar esta atmósfera de descomposición.


La plasticidad de este retrato, terroso, ocre y negro, colores afligidos, yermos, devastados, señala no sólo la materia mortal de que estamos hechos sino también la crudeza de nuestro destino, que se lee en cada mano, en el rostro, en la cabeza.


Hoy es día de silencio en el malecón. Mi amigo Humberto y yo acallamos lo evidente y enmudecimos ante lo oscuro.

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